Un show sobre nada. O al menos es lo que puede pensar la gente al ver el día a día de estos creadores de contenido / influencers.

Pioneros de un formato sitcom y, lejos de las grandes superproducciones, son capaces de crear una relación con la persona que consume YouTube. Esto es apreciable para la plataforma, por lo que sus vlogs pasan a ser la serie de moda. La conexión con el público es evidente, pero ¿por qué es esto posible?

En los primeros videos de Emma, en muchas ocasiones, tan solo se sienta delante de su webcam tomando café sentada en su sofá mientras habla durante más de 20 minutos sobre lo difícil que ha sido para ella levantarse esa mañana y las pocas ganas que tiene de hacer ejercicio. Ahora aparece en fashion shows y se codea con las altas esferas de YouTube o cantantes famosos. Su conexión es evidente y eso lo ven las grandes marcas. Ha pasado de subir vídeos contando sus mañanas a tener su propia marca de café.

Por otro lado, tenemos a Casey, un creador de contenido que acaparó muchas miradas con su blog diario. Si bien es cierto que Casey ya tenía algo de experiencia con colaboraciones con grandes marcas como Nike o Jeep (entre otras), fue su ingenio como gran contador de historias y su creatividad lo que le han llevado a ser uno de los youtubers más reconocidos y a crear la comunidad de seguidores.

Charisma, uniqueness, nerve and talent (como diría nuestro amado Rupaul) son los ingredientes principales para crear esa conexión especial con la audiencia. No hacen falta grandes parafernalias para comenzar, simplemente es mostrarte tal y como eres. Esto ha llevado tanto a Emma, Casey y otros muchos, a convertirse en grandes empresarios y empresarias de éxito.

Entre tanta colaboración, celebrities, desfiles de moda y private parties, es fácil perder el objetivo y derrocar los valores por los que tus seguidores te siguen. Un problema que suele suceder con aquellos creadores de contenido que venden su alma a quien sea por unos cuantos miles de euros.

Eso sí, si siempre eres tú mismo/a y mantienes tus valores, ¿quién no quiere recibir regalos y grandes cantidades de dinero?